Periodistas a granel
Es difícil que Juan Carlos Lujan, responsable de la Página Web del diario "El Comercio", oculte sus dos grandes pasiones: periodismo y las tecnologías de la comunicación. Acabo de asistir al taller denominado Periodismo digital y nuevas herramientas en la Universidad de San Marcos, donde el referido periodista soltó un tema que merece ser tratado con mayor amplitud.
Y esta nota debería empezar con los nuevos avances de la comunicación, los weblogs, las páginas web mejor diseñadas y más visitadas, pero no. ¿La razón? Juan Carlos Lujan puso sobre el tapete el tema de la invasión de profesionales de diversas especialidades en el campo del periodismo peruano.
Lujan, en tono irónico, comentó que no entendía por qué existía tanta reverencia a (Humberto) Martínez Morosini, un hombre que fue un buen narrador y moderador, pero de ahí a llamarlo periodista deja mucho que pensar.
Este periodista no se detuvo y prosiguió con su apreciación: Para mí un hombre de prensa es aquel que sepa, en primer lugar, escribir correctamente. Eso es básico para desenvolverse en los diferentes campos de nuestra profesión.
Exacto, habrían pensado los asistentes a este taller, que en su mayoría lo conformaba el personal de prensa de la UNMSM. Y es que más de uno desaprueba que en el Perú cualquiera pueda ejercer o ser llamado periodista. Basta que una persona común y silvestre escriba una paporreta en un pasquín o acaso hable por radio para que se haga llamar hombre de prensa.
Todos somos periodistas
Peor todavía, hace algún tiempo, cuando el congresista de la República Javier Diez Canseco fue suspendido de sus funciones dijo algo así: Como no tengo otra ocupación me dedicaré a mi labor de periodista. En ese entonces, me pregunté cómo lo haría y a los pocos días el diario La República me dio la respuesta: Diez Canseco era columnista del mencionado medio de comunicación.
En otras palabras: Javier Diez Canseco, por citar un ejemplo, era un columnista más no un periodista. Igual sucede en las radios peruanas, donde numerosos contadores, profesores o abogados, por el simple hecho de tener un programa radial, se hacen llamar periodistas, cuando en realidad sólo son comentaristas o conductores.
En el Perú, existen una serie de instituciones educativas que brindan la enseñanza de la comunicación social. Algunas con mayor experiencia y calidad. Lo cierto es que se necesita normar el ejercicio de esta profesión. No se puede negar que vivimos tiempos en que el conocimiento y la especialización van de la mano por lo que la improvisación debería ser desterrada de una vez por todas.
Juan Carlos Lujan o este servidor no pueden hacer las veces de un contador o un médico, porque sencillamente no han estudiado para esas profesiones. Ni tampoco un abogado o un arquitecto pueden ser considerados periodistas. Eso sí, tienen todo el derecho del mundo de escribir, hablar por radio o televisión, pero no pueden hacerse llamar periodistas.
Los más experimentados dicen que el periodismo se aprende en la calle. Y no les falta razón. Pero tanto tampoco se debe desdeñar a la teoría. Al respecto, el docente e investigador Juan Gargurevich reseñó el siguiente texto: "Una praxis profesional no es una mera técnica sino que supone una previa teorización sobre ese quehacer. Porque una práctica que no conoce sus fundamentos, que no reflexiona sobre sí misma, es una práctica ciega. Por lo tanto, la tensión teoría práctica es una falsa dicotomía".
Como se advierte, el tema es amplio e invita a la reflexión. Felizmente existe un medio como los weblogs para expresarlo. Precisamente, Lujan se encargó de explicar la importancia y necesidad de este espacio electrónico. Y es que esta nota debería empezar con ese asunto, pero preferí escribir sobre esta invasión de profesionales al campo del periodismo.
Imagen: Vladimir Teran Altamirano
Perú 24 de febreo de 2005
Y esta nota debería empezar con los nuevos avances de la comunicación, los weblogs, las páginas web mejor diseñadas y más visitadas, pero no. ¿La razón? Juan Carlos Lujan puso sobre el tapete el tema de la invasión de profesionales de diversas especialidades en el campo del periodismo peruano.
Lujan, en tono irónico, comentó que no entendía por qué existía tanta reverencia a (Humberto) Martínez Morosini, un hombre que fue un buen narrador y moderador, pero de ahí a llamarlo periodista deja mucho que pensar.
Este periodista no se detuvo y prosiguió con su apreciación: Para mí un hombre de prensa es aquel que sepa, en primer lugar, escribir correctamente. Eso es básico para desenvolverse en los diferentes campos de nuestra profesión.
Exacto, habrían pensado los asistentes a este taller, que en su mayoría lo conformaba el personal de prensa de la UNMSM. Y es que más de uno desaprueba que en el Perú cualquiera pueda ejercer o ser llamado periodista. Basta que una persona común y silvestre escriba una paporreta en un pasquín o acaso hable por radio para que se haga llamar hombre de prensa.
Todos somos periodistas
Peor todavía, hace algún tiempo, cuando el congresista de la República Javier Diez Canseco fue suspendido de sus funciones dijo algo así: Como no tengo otra ocupación me dedicaré a mi labor de periodista. En ese entonces, me pregunté cómo lo haría y a los pocos días el diario La República me dio la respuesta: Diez Canseco era columnista del mencionado medio de comunicación.
En otras palabras: Javier Diez Canseco, por citar un ejemplo, era un columnista más no un periodista. Igual sucede en las radios peruanas, donde numerosos contadores, profesores o abogados, por el simple hecho de tener un programa radial, se hacen llamar periodistas, cuando en realidad sólo son comentaristas o conductores.
En el Perú, existen una serie de instituciones educativas que brindan la enseñanza de la comunicación social. Algunas con mayor experiencia y calidad. Lo cierto es que se necesita normar el ejercicio de esta profesión. No se puede negar que vivimos tiempos en que el conocimiento y la especialización van de la mano por lo que la improvisación debería ser desterrada de una vez por todas.
Juan Carlos Lujan o este servidor no pueden hacer las veces de un contador o un médico, porque sencillamente no han estudiado para esas profesiones. Ni tampoco un abogado o un arquitecto pueden ser considerados periodistas. Eso sí, tienen todo el derecho del mundo de escribir, hablar por radio o televisión, pero no pueden hacerse llamar periodistas.
Los más experimentados dicen que el periodismo se aprende en la calle. Y no les falta razón. Pero tanto tampoco se debe desdeñar a la teoría. Al respecto, el docente e investigador Juan Gargurevich reseñó el siguiente texto: "Una praxis profesional no es una mera técnica sino que supone una previa teorización sobre ese quehacer. Porque una práctica que no conoce sus fundamentos, que no reflexiona sobre sí misma, es una práctica ciega. Por lo tanto, la tensión teoría práctica es una falsa dicotomía".
Como se advierte, el tema es amplio e invita a la reflexión. Felizmente existe un medio como los weblogs para expresarlo. Precisamente, Lujan se encargó de explicar la importancia y necesidad de este espacio electrónico. Y es que esta nota debería empezar con ese asunto, pero preferí escribir sobre esta invasión de profesionales al campo del periodismo.
Imagen: Vladimir Teran Altamirano
Perú 24 de febreo de 2005
11 comentarios
FAVIO ROJAS AYQUIPA -
andres vera cordova -
Pamela -
Roci -
Sergio -
http://lima-peru.blogspot.com/2004/09/la-prensa-esta-defendiendo-ojos.html#comments
Julio César Mateus -
Los abogados Rosa María Palacios y Raúl Tola y los sociólogos Pedraglio y de Althaus serían un desperdicio fuera de le televisión, de eso no se trata. La culpa no es de ellos porque se los llame "periodistas" ni menos aún porque se los convoque a ese trabajo.
La culpa es compartida: del gremio periodístico, que no existe; de la prostituida conciencia de los "periodistas de profesión", que habiendo estudiado no tienen ninguna moral para reclamarle nada a nadie; y de los centros educativos que brindan esta carrera, por no preparar con la suficiente solvencia teórica y moral a los futuros profesionales del rubro. Del quehacer teórico, como exige Gargurevich, tampoco saben mucho los periodistas de profesión, y eso es lo lamentable. El día que las instituciones hacedoras de periodistas se comprometan en serio con la sociedad y formen muchos hombres de prensa con la suficiente capacidad, podremos entonces unirnos para exigir lo que es nuestro. Mientras tanto, seguiremos siendo parte de la "profesión aeropuerto", donde "todo el mundo aterriza" y disputando los puestos con profesionales de otras áreas, que gozan de la doble titulación automática de saberse "periodistas" por sólo salir en el medio que, sin pensarlo dos veces, los acoge.
Apsidalkat -
No soy periodista, medianamente estoy muy lejos de serlo, pero dentro de mis pocos conocimientos la labor fundamental no sólo del periodismo, sino también del ser humano, debería ser la objetividad en sus reportajes. Ser periodista es como ser doctor en tierra de nadie. Tenemos un público que gusta de ser mediocre y que se cree el primer cuento que le presenten. Las excepciones notables no conforman ni el 1% de la población. Si no se sutura, cura, evita, prevee, podemos causar que la herida se gangrene...o en el peor de los casos que la lepra se propague...
excelente post...
Jorge -
De todas maneras, coincido en que éste un tema muy interesante para debatir.
Liliana -
blogsperu -
Javier -
Qué bueno encontrar a un compañero de oficio en los blogs.
Si te interesa el periodismo digital, cada año, en Huesca (España) se celebra un Congreso Internacional. En esta dirección puedes ver las ponencias de los participantes:
www.congresoperiodismo.com
Un saludo
Javier